http://proyectocouso.org/2015/01/06/tu-eres-un-nucleo/
Lo decía Lao-Tsé a cuento de la necesidad de ser una influencia positiva para el mundo. Primero ordena tu vida y luego lánzate a la conquista del mismo. Para ello nada como asentarse en el principio único, en la dicha de abrazar la unidad de todas las cosas. Eso de por sí ya produce una conducta íntegra y eficaz, una forma de ganar respeto e influencia poderosa. Realmente toda nuestra conducta influye de alguna manera a nuestro entorno gracias al principio de resonancia. Como una onda que se expande por las delicadas aguas de un lago, así debe ser nuestra conducta, nuestra propia disciplina con todo aquello que hagamos, sintamos, pensemos. ¿Cómo sabemos que esto funciona? Laotzi lo define de forma muy clara: Todo crecimiento avanza hacia fuera desde un núcleo potente y fértil. Tú eres un núcleo.
Esa era la sensación que teníamos estos días de acogida. Todos observaban nuestro estilo de vida en las caravanas, nuestras palabras, nuestros pequeños gestos. Alguien leía nuestros libros y a los pocos días estaba tratando de mejorar su forma de vida. Alguien miraba los cero grados que soportamos en nuestras caravanas y pensaba que de alguna forma se puede hacer mucho con poco.
De alguna forma podemos influir en mejorar el mundo y acercar esa mejora al cosmos infinito. Podemos ser partícipes de un cambio, por minúsculo que sea, que permita que otros actúen de forma ordenada, limpia, íntegra y eficaz. Cuando nos levantamos y lo primero que hacemos es meditar juntos en la pequeña ermita estamos generando un cambio profundo. No importa el frío ni cuantos seamos. Hay días que somos pocos y otros da gusto ver los corazones latir. Lo importante es que esa llama siga brillando, que ese mensaje de esperanza antes de empezar el día nos guíe durante toda la jornada.
También descubrimos que meditar en silencio antes de hacer cualquier otra actividad nos llena de una paz distinta, de unas ganas de compartir diferente. Luego nos vamos a la cocina improvisada y nos dejamos llevar por la carga histórica de las frías piedras, de ese tejado de pizarra y vigas de castaño que nos protege y que desea albergar muchas almas.
Los magos de Oriente nos han traído algunas sorpresas. De repente hemos visto como la pequeña e incipiente comunidad ha crecido en número. Si antes éramos tres vamos a empezar el año siendo siete miembros. Nos gusta ese número que tanto expresa dentro de las enseñanzas de la geometría sagrada. Hacen falta tres puntos de luz para empezar cualquier proyecto. Así lo hicimos. Cuatro para materializarlo. Cinco para dotarlo de energía, seis para dotarlo de movimiento y siete para que todo el ciclo sea justo y perfecto. De alguna forma mágica todo se va ordenando y nos estamos convirtiendo en núcleo, en algo potente y fértil que está naciendo en este maravilloso encuentro con lo comunitario, con la conducta íntegra y eficaz de la que habla Laotzi. De alguna forma, tenemos la necesidad de ser una influencia positiva para el mundo. Esa es nuestra causa, ese es nuestro propósito más íntimo.
Estamos convencidos de que los magos de oriente os han traído mucha riqueza interior. Ahora nos tocará distribuirla positivamente.